Homicidio de un enfermo está basado en Mario Rodríguez: un hombre amable, natural de Valencia. Mario enfermó de leucemia y un estafador le hizo creer que le podía curar el cáncer, sin necesidad de quimioterapia.
Mario Rodríguez murió en 2013, con 21 años, porque renunció a un trasplante de médula confiando en las mal llamadas terapias alternativas. ¿Fue un homicidio? Cuando ingresó de nuevo en el hospital, ya era demasiado tarde. Ahora su padre ha decidido dedicar su vida a advertir de los peligros de las pseudoterapias, para que el desenlace de su hijo no se repita.
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