En «Cómo me hice socialista», Jack London nos cuenta cómo los grandes espacios y las oportunidades aparentemente inagotables del oeste americano lo convirtieron durante años en un individualista impenitente, fiel a una ética del trabajo que no conocía más culpa que la debilidad. Pero en su posterior viaje a la costa este se dio cuenta de que los trabajos manuales y de baja cualificación —los mismos que había realizado él hasta entonces— constituían una trampa de la que no había salida y cuyo único horizonte era una vejez prematura y miserable.
El regreso del autor a la costa oeste después de esta experiencia ocupa el conjunto de relatos autobiográficos titulado En ruta, el recorrido en tren por los Estados Unidos de un London reducido a la mendicidad, que recurre a toda clase de ardides para obtener la comida del día o para colarse y viajar de polizón en el primer tren que le permita proseguir su viaje.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.