Este libro es una declaración apasionada a una de nuestras fuentes de inspiración: Emma Goldman. Goldman siempre celebró la unidad de la vida. Entendió el anarquismo sin destacar unas esferas de la vida (la teoría, el pensamiento) y ocultar otras (el cuerpo, los afectos, la manera de vivir). Desde el anarquismo se ha entendido y construido su genealogía sobrevalorando la esfera del pensamiento y postergando, de esta manera, a las mujeres anarquistas que entendieron la importancia de unir todo lo que constituye la vida. Ha llegado el momento de reconsiderar nuestra genealogía y dar cabida como se merece a Emma Goldman.
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