El Consejo de Aragón, la estructura de Estado que gestionó durante diez meses la mitad oriental de la actual comunidad en la Guerra Civil, estuvo directamente inspirada en la experiencia anarquista de Majnovia, los territorios situados entre Crimea y el Donbás cuya autonomía insurgente defendió durante dos años el Ejército Negro de Néstor Majnov
«Espero, que llegado el momento, vosotros lo hagáis mejor que nosotros. Makhno no ha rehusado nunca un combate; si continúo viviendo cuando comience el vuestro, yo seré entonces un combatiente más«. Néstor Majnó se dirigió con estas palabras en uno de sus encuentros parisinos a Buenaventura Durruti, que previamente le había saludado con estas otras: «Venimos a saludar en tu persona a todos los revolucionarios que han luchado en Rusia por la realización de nuestras ideas libertarias, pero quisiéramos también rendir un homenaje a la rica experiencia que ha significada para todos nosotros vuestra lucha en Ucrania».
Majnó (también escrito Makhno o Majnov), el líder de la revolución libertaria que durante dos años y medio mantuvo un Estado autónomo en el sureste de Ucrania, precisamente en los territorios situados entre la península de Crimea y el Donbás que con mayor insistencia trata de dominar Rusia, mantuvo con Durruti y otros anarquistas como los zaragozanos Francisco y Joaquín Ascaso, tanto en Francia durante sus periodos de exilio como en Barcelona en sus etapas de activismo en los años veinte, estrechos contactos en los que fue germinando la idea de lo que años después, entre octubre de 1936 y agosto de 1937, tomaría cuerpo en el Consejo de Aragón, la estructura de Estado bajo control anarquista que gestionó la mitad oriental de lo que hoy es el territorio de la comunidad en plena guerra civil.
«Incluso Joaquín Ascaso, que se exilió con 17 años durante la dictadura de Primo de Ribera y que más tarde presidiría el Consejo de Aragón, tuvo contactos con Majnó en Francia«, explica Agustín Soriano, estudioso del anarquismo y autor del libro Libertarios de Aragón, que señala a ucranio como «una figura trascendental del movimiento libertario y de los movimientos sociales».
Sin embargo, su epopeya ha sido tan obviada por las historiografías oficiales como tergiversada su figura, algo que parece una constante para los líderes libertarios. «Todas las figuras del anarquismo han ido a parar al ostracismo», apunta Martín, que se refiere al Territorio Libre Ucraniano o Majnovia como «una experiencia previa al Consejo de Aragón en Ucrania, uno de los lugares donde con mayor fuerza arraigaron las ideas anarquistas y libertarias y que los bolcheviques reprimieron con fuerza».
Majnovia, el Territorio Libre de Ucrania
Majnovia, llamada así en alusión a su líder, o el Territorio Libre de Ucrania fue en realidad una amplia zona insurgente en la que entre noviembre de 1918 y junio de 1921 las milicias comandadas por Majnó llegaron a dominar la zona del sureste del país situada entre Crimea y el Donbás, la misma en la que Rusia centra ahora mismo sus operaciones militares invasoras, y a tener influencia en un área todavía mayor frente a la presencia de las tropas austriacas y bolcheviques que trataban de hacerse con su control. «Al ejército de Majnó se le llamó negro por contraposición al rojo de los bolcheviques«, anota Martín.
La insurgencia de las milicias se combinaba con un sistema de consejos populares locales que administraban las colectividades agrarias, a menudo procedentes de las expropiaciones de haciendas realizadas por el Comité de Defensa que Majnó había organizado ante la invasión austrohúngara posterior a la revolución de 1917, un sistema que decidió mantener tras entrevistarse con Lenin y otros dirigentes bolcheviques en Moscú al año siguiente.
Antes de eso, y hasta la amnistía decretada por el Gobierno provisional de Alexander Kerenski tras el comienzo de la revolución rusa, Majnó había pasado nueve años encarcelado en una prisión moscovita en la que trabó relación con Piotr Arshinov, uno de sus referentes ideológicos.
El manifiesto Majnovista de 1920
«El ejército insurreccional de Ucrania fue creado para alzarse contra la opresión de los obreros y campesinos por la burguesía y por la dictadura bolchevique-comunista«, proclamaba el manifiesto que lanzó formalmente el 1 de enero de 1920 el Ejército Insurgente de Ucrania, que se marcaba «como meta la lucha por la liberación total de los trabajadores ucranianos del yugo de tal o cual otra tiranía y por la creación de una verdadera constitución socialista entre nosotros».
l manifiesto declaraba abolidas las normas de cualquier Gobierno, establecía el paso de todas las tierras pertenecientes a los monasterios, a los grandes propietarios y otros enemigos (…) a manos de los campesinos que viven sólo del trabajo de sus brazos», así como el de las fábricas y las minas a los obreros, y, entre otras medidas, invitaba a los trabajadores a «construir consejos libres» en los que «representantes de las organizaciones políticas no podrán participar (…) porque ello podría ir contra los intereses de los trabajadores mismos».
Majnó, perseguido y hostigado por las tropas bolcheviques acabó saliendo de Ucrania tras resultar gravemente herido a mediados de 1921, cuando inició un periplo que le llevaría al año siguiente hasta París, y después a Barcelona antes de volver a la capital francesa, donde moriría en 1934.
Sus últimos descendientes autorizaron hace dos años la repatriación de sus cenizas a su tierra natal, en la que su figura lleva tiempo siendo objeto de una distorsionada revisión.
La República desarticula el Consejo
Dos años después de su muerte, los planteamientos de Majnó se materializarían de manera eventual en el Consejo de Aragón, que durante diez meses estableció una estructura de Estado en la mitad oriental de Aragón con las poblaciones de referencia en Caspe, Alcañiz, ciudad sobre la que en 1938 caería uno de los bombardeos más despiadados de la Legión Cóndor italiana, y Barbastro tras quedar las tres cabeceras provinciales históricas en manos de los sublevados desde el inicio de la guerra civil.
Con Caspe como capital por su enlace directo con Barcelona por tren y por su significado emblemático para el autonomismo por haber sido la cuna del que iba a ser el cuarto estatuto de la Segunda República, las prioridades del Consejo fueron normalizar la vida civil, garantizar las reformas sociales, asegurar las colectivizaciones, mantener la actividad productiva y abrir flujos comerciales con Catalunya y el Levante.
Sin embargo, ese gobierno libertario, el primero de la historia reconocido como tal (Azaña llegó a quejarse de que su propia existencia enturbiaba las relaciones de la República con Francia e Inglaterra), acabó siendo disuelto por esta ‘manu militari’ tras las quejas de las organizaciones minoritarias por el papel dominante de la CNT.
La confianza de Majnó en los anarquistas ibéricos
«En España, las condiciones son mejores que en Rusia para llevar a cabo una revolución de fuerte contenido anarquista, puesto que allí hay un campesinado y un proletariado de gran tradición revolucionaria», les había dicho en 1927 en París Majnó a Durruti y Francisco Ascaso, según relata el estudioso del anarcosindicalismo Abel Paz en Durruti en la revolución española, libro al que también pertenecen la citas que abren esta pieza.
El ucraniano estaba convencido de que sus propuestas colectivistas podrían llegar a materializarse en España. «Nuestra comuna agraria en Ucrania era una unidad activa, y tanto en el terreno económico como político, dentro del sistema federal y solidario que habíamos creado», añadió, antes de mostrar su confianza en que «quizá pueda vuestra revolución llegar a tiempo para que yo me lleve la satisfacción de ver al anarquismo viviente aleccionado por la revolución rusa».
«No solamente admiro al movimiento anarquista ibérico», por su organización, sino que «pienso que, por el momento, es el único que podría llevar hacia adelante una revolución más profunda que la de los bolcheviques y sin el peligro burocrático que amenazó ésta desde los primeros momentos», añadió, antes de concluir que «el bolchevismo triunfó militarmente en Ucrania y Kronstandt, pero la historia revolucionaria nos reivindicará un día y condenará como contrarrevolucionarios a los enterradores de la revolución rusa».
Las otras Majnovias, los otros Aragón oriental
Al final, la historia del Consejo de Aragón acabó siendo más breve incluso que la de Majnovia en Ucrania, a las que se suman, al margen de La Comuna de París en 1871 y según los datos facilitados por Martín, al menos otras cuatro experiencias libertarias que tampoco llegaron a consolidarse.
La Comuna Libertaria de Baja California, liderada por los hermanos Enrique y Ricardo Flores Magón, del Partido Liberal Mejicano (PLM), llegó a dominar entre el 29 de enero y el 22 de junio de 1911, durante la Revolución Mexicana, un amplio territorio que incluía ciudades como Mexicali, Tijuana o Tecate.
Entre el 1 y el 18 de marzo de 1921, con Majnovia vigente en el sureste de Ucrania, una sublevación popular conocida como la Rebelión del Kronstad desarrollada en la isla de Kotlin, base de la flota rusa en el golfo de Finlandia, una sublevación popular causó 10.000 bajas al ejército soviético, que acabó reprimiéndola.
Miembros de la Federación Anarquista Coreana liderados por Kim Jwa-jin proclaman entre finales de 1929 y de 1930 en Manchuria (China), donde habían migrado, la Provincia Libre de Shinhim.
Por último, durante una semana, la que discurrió entre el 18 y el 25 de enero de 1932, la CNT proclama por primera vez el comunismo libertario en España con la Comuna de Figols, un pueblo minero de Barcelona.